Muchas veces me he preguntado para qué sirve el dolor. ¿Sabías que el dolor es un mecanismo de defensa del cuerpo? ¿Has pensado qué pasaría si no existiera el dolor? El dolor existe para avisarnos que algo malo está pasando en nuestro cuerpo. Es como una alarma para que nos retiremos de algo que nos lastima, como el fuego, por ejemplo. Con esa lógica, creo que el dolor del alma, por llamarlo de alguna manera, también ha sido creado para avisarnos de que hay un peligro del que nos debemos alejar. Cuando era pequeña me decían que había que buscar el dolor, o por lo menos, permitirlo, con el objeto de ofrecer sacrificios a Dios, para pagar mis culpas. Ahora no estoy muy segura de que a Dios le "guste" que yo tenga dolor. Creo que hay que distinguir entre BUSCAR el dolor y el RESIGNARSE a pasar por él. Este último es al que hay que ponerle "buena cara", ya que muchos dolores son inevitables y necesarios para nuestro crecimiento, como el dolor por perder a alguien, o a algo, quizá un trabajo, una mascota querida, un cambio de casa, o por qué no? DE PAÍS. Por eso mismo, no rechacemos el dolor, es nuestro aliado en nuestro desarrollo, ya sea físico o espiritual, aceptarlo como un sistema de alarma que nuestro cuerpo tiene, es un paso muy importante ya que lo veremos como una ayuda, y no como un enemigo. Pero si me duele la cabeza, no veo por qué no deba tomarme una aspirina, creo que le doy más gloria a Dios sin dolor, siendo feliz, que sufriendo algo que es evitable. Pero recuerda, si es un dolor inevitable, siéntelo y déjalo pasar por tu vida, que tarde o temprano se irá. Es como abrir una ventana cuando entra una abeja, para que ya que haya entrado, se vaya.
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