miércoles, 1 de julio de 2009

Reflexiones sobre lo verdaderamente importante...

¿que es lo que mas nos importa? No se si tenemos en orden nuestra escala de valores, cada quien tiene la suya, para unos lo mas importante es la salud, para otros el amor, o tal vez el dinero. Todo es importante, el dinero, por ejemplo, da mucha tranquilidad; no es que me de felicidad andar por la vida despilfarrando, pero tener lo necesario da tranquilidad para hacer mas cosas, para vivir y dedicarnos a lo que nos hace crecer como personas.

¿El amor? bueno, el amor se puede ver en varios aspectos: A veces he observado que las solteras se quieren casar, y que muchas casadas suspiran por la situación de las solteras, pero creo que amor podemos encontrar en todos los lugares que busque, depende de mi.

Pero, ¿y la salud?.... la salud es un valor al que no le hacemos caso, damos por sentado que siempre estará ahí, y cuando nos falla cómo nos jode.

Pienso en esto por que me considero una persona muy afortunada , no tenemos problemas graves de salud, ni mis hermanas, ni mi mama, ni mis hijos y sobrinas, y eso da una tranquilidad incalculable.

Esto lo he pensado por que el otro día me asomé por el mundo de la discapacidad, y tuve una mezcla de emociones muy fuerte. Vi a chicos de la edad de mis hijos con parálisis cerebral, perronas que son totalmente vulnerables, que dependen de otro para satisfacer cualquier necesidad que tengan. De momento todos en mi familia tenemos salud, y digo de momento porque las casas cambian de un momento a otro. En fin, a lo que iba: estos chicos con parálisis, son muy majos, todos son muy cariñosos, y aparentemente se ven diferentes, pero tal vez en su mundo son felices, ellos no se preocupan del dinero, de los novios, de las relaciones, o de otras problemas, disfrutan el momento.

¿Será que es necesario mirar a nuestro alrededor para poder valorar y dar gracias por lo que tenemos? No nos caería mal salir de nuestro mundo y visitar otros, el de los que no lo tienen tan fácil, para poder valorar la fortuna que tenemos. Hasta la próxima, Gina