jueves, 17 de septiembre de 2009

¿Y ahora qué sigue?

Ya han pasado cinco años desde que deje México, y caray, sí que me han costado mucho.... No me refiero a mi integración a la sociedad española, afortunadamente es muy parecida a la de México, sino a mi desarraigo a mis historia y a todo lo que fuí y viví hasta que me vine. Bueno, desarraigo suena muy fuerte, digamos mas bien a dejar algo que amas por otra cosa, pero gracias a Dios, las cosas nos han salido bien, los chicos están muy integrados. Creo que hemos tomado la decisión adecuada.
Pero el dejar a tu país no solo es dolor, también significa oportunidades, es como abrir otra ventana, y si me apuras, más bien una puerta a cosas nuevas.
Pero entre tanto duelo, definitivamente hay algo que he podido saborear en cualquier lugar: la amistad. Creo que Dios me ha dado mucho en ese aspecto, las amigas que he podido conocer en España son únicas, y me las hubiera "perdido" si no nos hubiéramos establecido acá. Otra bendición relativa a la amistad, es que pude lograr un sueño que tenía desde pequeña, que es conocer personalmente a una amiga por correspondencia que tenía de Austria, y que mantuvimos correspondencia por casi 20 años. Me invitó asu casa este verano, y estuve con su familia algunos días. Fueron unos días inolvidables.
A veces lo que parece malo o triste, como un duelo por dejar algo, un país, amigos, casa, es como un puente para pasar a otros niveles, a otras ventanas, y tal vez, a puertas que tal vez no sean mejores, pero si mas adecuadas a nuestro nivel de desarrollo y madurez.
¡Brindo por la amistad! Se que Dios me ha bendecido con muchas amigas, a ambos lados del Atlántico, y a pesar de que no me dió la oportunidad de tener una pareja por mucho tiempo, estoy segura de que he sido premiada con muchas amigas leales.
¿qué más le puedo pedir a la vida?

No hay comentarios: